A finales del año 2015 saltó la alarma en Marruecos ante la detección de un foco de Fiebre Aftosa (FA) en una explotación de ganado vacuno, afectando a diez bovinos, de los 17 bovinos y 14 ovinos pertenecientes a la explotación. El tipo de virus detectado pertenecía al serotipo O, la misma cepa que desde el año 2013 se detectó en Libia, Túnez y Argelia.

Ante esta primera detección, rápidamente las autoridades marroquíes tomaron medidas al respecto con el objetivo de contener y erradicar este foco. De esta forma, se llevaron a cabo sacrificios de animales susceptibles de infección en la ganadería afectada, así como la restricción de movimiento de ganado por la región marroquí y la vacunación de todas las explotaciones cercanas a la ganadería afectada.

Pero, ¿qué es la fiebre aftosa y cómo afecta a los animales?

La fiebre aftosa es una enfermedad vírica muy contagiosa que afecta a bovinos, ovinos, porcinos y caprinos. Los principales síntomas de la enfermedad son fiebres altas, úlceras o aftas en la boca y erosiones de vesículas y flictenas en las pezuñas y la ubre de los animales.

El virus causante de esta enfermedad se llama Aphthovirus y está formado por siete serotipos: A, O, C, SAT-1, SAT-2, SAT-3, ASIA-1.
Los tres primeros son los más frecuentes en América y Europa.

El contagio de la enfermedad se produce por vía respiratoria y oral, a través de las secreciones en el pienso y el agua, así como en los hábitos de olerse y lamerse, aunque también se puede producir por vía intrauterina. El virus se elimina a través de la saliva, las lágrimas, la orina, los excrementos, el semen y las secreciones nasales.

 

Fuente foto: Glosopeda es.wikipedia.org

Fuente foto: Glosopeda es.wikipedia.org

 

Hoy en día no se recomienda tratamiento alguno para esta enfermedad, por lo que se pasa a sacrificar a los animales contagiados, para evitar que la fiebre aftosa se propague.

Lo que sí que se puede llevar a cabo son medidas preventivas en materia de bioseguridad en las explotaciones y actuaciones veterinarias como la vacunación.

Haciendo referencia a la bioseguridad, esta se centra en dos aspectos: la entrada de animales a la granja y la evitación de contagios y enfermedades dentro de la propia granja. A continuación, detallamos 6 áreas de vital importancia en materia de seguridad:

  • Entrada de animales, semen y/o óvulos: los nuevos animales que entren a la explotación ganadera deberán haber pasado unas medidas de saneamiento durante los 30 días anteriores al traslado, además de poseer una calificación sanitaria óptima. Una vez dentro de la granja, los animales pasarán a estar en cuarentena, y tras ésta se les volverá a practicar pruebas de saneamiento ganadero.

 

  • Medidas sobre alimentos y agua: Los alimentos deberán estar limpios y secos, se llevará a cabo rotación de stock, se eliminará todo el alimento viejo o contaminado por heces y orina, se limpiará y desinfectará de forma regular comederos, abrevaderos, máquinas de molienda y distribución, se evitará la entrada de animales domésticos como pájaros, y se proveerá de agua corriente y de calidad sanitaria al ganado, evitando compartir abrevaderos y fuentes.

 

  • Control de contacto con otros rebaños: Hay que evitar el contacto “nariz con nariz” con otros rebaños de otras ganaderías, instalando doble vallado, setos o pastores eléctricos. Así como evitar compartir macho con otras instalaciones ganaderas, en el caso de ganado bovino.

 

  • Control de animales domésticos: Hay que evitar que circulen por la explotación animales domésticos como perros, gatos y pájaros, sobre todo si son vagabundos, manteniendo las puertas cerradas. En el caso de perros para pastoreo, estos deben ser objeto de tratamientos periódicos para evitar contagio de enfermedades.

 

  • Control de fómites: Es muy importante que el perímetro de la explotación esté cerrada para evitar la entrada de animales y vehículos. La salida de productos como ganado o leche se debe hacer en la periferia de la explotación a través de muelles o bocas de descarga. Se debe prohibir la entrada de personal ajeno a la explotación de forma bien señalizada. Además, si no se puede evitar la entrada de vehículos, las ruedas de éstos deberán ser desinfectadas. Una vez el vehículo haya transportado los animales, éste será desinfectado en su totalidad. Por último, se limpiará y desinfectará de forma rigurosa y periódica toda la explotación.

 

  • Manejo de estiércol y purín: Las deyecciones se deben almacenar durante 4 meses para eliminar todos los virus y bacterias. Hay que evitar compartir maquinaría con otras explotaciones, en el caso de hacerlo, hay que desinfectarlas antes y después de su uso. Por último, el purín se aplicará en forma de aspersión.

 

Todas estas medidas son vitales para prevenir posibles enfermedades y contagios. Cabe resaltar que la fiebre aftosa no afecta a la salud pública de las personas, sino sólo a la salud del ganado, suponiendo
una gran pérdida económica para las explotaciones ganaderas.

Volviendo al nuevo foco de fiebre aftosa descubierto en Marruecos, “se debería reforzar las zonas fronterizas con más veterinarios” según Mustafa Aberchan, presidente de Coalición por Melilla (CPM).

Por otro lado, el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio (Magrama) informó que se pondrían en práctica “de forma inmediata” medidas de prevención y bioseguridad en las fronteras para evitar que la enfermedad entre en España. Además, uno de los principales objetivos es erradicar este brote de fiebre aftosa antes de la celebración del Aid El Kebir (festividad religiosa donde se sacrifican corderos), que tendrá lugar el 12 de septiembre, para evitar la prohibición de entrada de borregos a Melilla desde Marruecos.

 

Bibliografía:
•Seguridad sanitaria en granjas de rumiantes: www.navarra.es/NR/rdonlyres/6A6345C4-333E-4EB3-A03F-6202CC63375B/0/BIOSEGURIDAD.pdf
•Wikipedia
•El faro Digital-Ceuta y Melilla 18/3/2016
•EFEAgro 18/3/2016
•Infomelilla.com 18/3/2016